Lies of P: Overture comienza como un desafío más, pero pronto demuestra que va mucho más allá del combate
Aunque se trata de un DLC para un juego de tipo Soulslike, conocido por su dificultad, lo que hace que Lies of P: Overture destaque es su narrativa profundamente emocional. El juego no tarda en presentar situaciones que dejan al jugador reflexionando sobre la muerte, el sufrimiento y la naturaleza humana.
Desde el primer momento, se nota que este contenido descargable está diseñado para impactar emocionalmente. A pesar de que los enemigos siguen siendo formidables, lo que más pesa es el dolor de sus personajes. Uno de los elementos más conmovedores se da en la mina, donde descubrimos a Rockhead, un autómata que ha pasado años intentando liberar a un humano atrapado, sin saber que ya ha muerto. Esta escena es un golpe directo al corazón y establece el tono del resto de la experiencia.
Alexander Goodman representa la desesperanza de una conciencia que no puede liberarse
En otro punto crucial del DLC, encontramos a Alexander Goodman, atrapado en una máquina que mantiene su mente viva pero su cuerpo inmóvil. La decisión que el jugador debe tomar –desconectarlo o mantenerlo con vida– representa una de las escenas más intensas y morales del juego.
Este momento no se trata solo de apretar un botón, sino de comprender el dolor de un personaje que ya no desea vivir. La elección no tiene consecuencias mecánicas grandes, pero emocionalmente deja una huella indeleble. Como jugador, es difícil no sentir empatía por alguien que, consciente de su destino, solo busca paz.
Una figura central que da un nuevo rumbo emocional a la historia
La verdadera historia de Lies of P: Overture comienza a definirse cuando aparece Lea Florence Monad. Su narrativa se entrelaza con la del juego base, pero ofrece una nueva perspectiva mucho más humana y vulnerable. En vez de ser una mera acompañante, Lea se convierte en el centro emocional del juego.
La conexión entre P y Lea se va fortaleciendo a medida que exploran juntos el Krat Lighthouse y otros lugares simbólicos. Ella no es una víctima pasiva, sino una figura trágica que lucha contra su destino. Gracias a las nuevas mecánicas cinematográficas del DLC, se puede ver más claramente el impacto emocional que cada descubrimiento tiene sobre ella, algo que el protagonista silencioso no puede expresar con tanta claridad.
No es solo una pelea, es la culminación de una tragedia personal
La batalla final contra Arlecchino, el “Blood Artist”, es un momento estéticamente impresionante y emocionalmente potente. No se siente como un combate más, sino como la oportunidad de Lea de cerrar su historia y enfrentar al causante de su dolor. Como jugador, ayudarla se convierte en una misión personal.
Invocar a Lea para esta pelea no solo facilita el combate, también enriquece la narrativa. Las líneas de diálogo, los movimientos cooperativos y la cinemática final hacen que esta lucha sea uno de los momentos más memorables del DLC. Es un duelo donde cada golpe tiene un peso narrativo, y cada acción refleja la conexión entre ambos personajes.
La escena post-créditos deja claro que no todos los cuentos tienen finales felices
Finalmente, tras todo el sufrimiento vivido, el DLC remata con una escena post-créditos que revela el lado más oscuro de Giuseppe Geppetto. Esta revelación recontextualiza gran parte de la historia principal y obliga al jugador a replantearse sus decisiones, especialmente la que implica entregar o no el corazón de P al final del juego base.
Este momento cierra la expansión con un sabor agridulce. No solo se termina una historia, se transforma la percepción de todo el universo de Lies of P. Lo que parecía un simple cuento oscuro basado en Pinocho se convierte en una tragedia con múltiples capas, donde incluso el creador puede ser el verdadero monstruo.
Lies of P: Overture no es solo una expansión de combate, es una experiencia narrativa que deja huella. En Mexgamer.com te recomendamos no perderte esta joya que demuestra que incluso en los mundos más oscuros, las emociones humanas son las que más duelen.