La secuela promete llevar aún más lejos el mundo surrealista y emocional creado por Hideo Kojima
Death Stranding 2 está cada vez más cerca de llegar a las manos de los jugadores y, como era de esperarse con cualquier obra de Hideo Kojima, viene cargado de elementos desconcertantes, simbólicos y profundamente humanos. Sam Porter Bridges, interpretado nuevamente por Norman Reedus, se mantiene como el centro emocional del juego, y todo indica que su viaje será incluso más complejo que el anterior.
Kojima ha prometido una narrativa más intensa, nuevos personajes como los interpretados por Elle Fanning y George Miller, y un cambio de escenario que nos lleva desde las ruinas de América hasta los paisajes salvajes de Australia. Todo esto, acompañado de una evolución en las mecánicas de exploración, combate y conexión, convierte a Death Stranding 2 en uno de los lanzamientos más ambiciosos del año.
En medio de estos grandes cambios, sin embargo, pequeños detalles como la personalización del personaje también fueron considerados, aunque no todos llegaron al producto final. Uno de los más interesantes fue una mecánica de crecimiento de cabello, similar a la vista en Red Dead Redemption 2, pero adaptada al estilo único del universo de Death Stranding.
El crecimiento de cabello de Sam estuvo a punto de ser una realidad, pero fue descartado para no romper la inmersión
Durante el desarrollo de Death Stranding 2, Kojima reveló que uno de los elementos experimentales que se consideró fue un sistema de crecimiento progresivo de cabello y barba para Sam. Teniendo en cuenta que el juego gira en torno a viajes largos, enfrentamientos contra el clima y el paso del tiempo, esta mecánica tenía bastante sentido dentro del contexto narrativo.
No es una idea nueva en el mundo de los videojuegos. Títulos como The Witcher 3 o Metal Gear Solid V (también de Kojima) ya han explorado estos detalles, permitiendo al jugador sentir el paso del tiempo de forma más tangible. Sin embargo, en el caso de Death Stranding 2, Kojima optó por descartarlo por miedo a que los jugadores se “emocionaran demasiado” personalizando a Sam y lo volvieran irreconocible.
El director japonés valoró que el rostro de Sam es parte esencial del lenguaje visual del juego. Al permitir cambios tan drásticos en su apariencia, se podría perder conexión emocional con el personaje durante escenas importantes. Aun así, muchos fans ya imaginan lo divertido que sería ver a Sam con una barba descomunal mientras arrastra cargamento por las dunas australianas.
El sistema de cabello descartado encaja perfectamente en una posible edición extendida del juego
La primera entrega de Death Stranding ya recibió una Director’s Cut en 2021 que mejoró y expandió considerablemente la experiencia. Se añadieron nuevos vehículos, herramientas, un circuito de carreras, misiones secundarias y mejoras en el combate. Por lo tanto, parece casi seguro que Death Stranding 2 recibirá un trato similar en el futuro.
Dentro de ese marco, incluir la mecánica de crecimiento capilar podría ser ideal. No alteraría la historia principal, pero sí enriquecería la inmersión y ofrecería nuevas capas de personalización que muchos jugadores disfrutarían. En una edición donde se permita jugar más libremente, explorar a fondo y tomarse más tiempo sin presión narrativa, esta función podría brillar.
Además, conociendo el estilo de Kojima, esta función no sería simplemente estética. Podría integrarse con el gameplay: imagina tener que recortar la barba en estaciones de descanso, o que el crecimiento excesivo afecte ligeramente la velocidad de Sam o incluso su visibilidad en ambientes adversos. Con el enfoque de Kojima, algo tan simple puede transformarse en una mecánica con peso real.
Kojima podría estar guardando más sorpresas: contenido eliminado, nuevas regiones y funciones adicionales
Más allá del sistema capilar, es muy posible que muchas otras ideas también hayan sido descartadas en el desarrollo inicial por temas de enfoque o presupuesto, pero que aún tengan potencial para ser reutilizadas. La Edición del Director podría incluir:
Considerando que Kojima Productions ha demostrado su amor por pulir y expandir sus títulos en versiones posteriores, no sería descabellado pensar que Death Stranding 2: Director’s Cut se convierta en un lanzamiento tan esperado como el juego base, ofreciendo no solo mejoras, sino también una visión más completa del universo que están construyendo.
La posibilidad de personalizar a Sam sin romper la narrativa sigue siendo una promesa tentadora
Death Stranding siempre ha sido una franquicia que mezcla lo absurdo con lo trascendental. Desde bebés en cápsulas hasta lluvias que alteran el tiempo, su universo está lleno de ideas que a primera vista parecen disparatadas, pero que al final se integran perfectamente con su mensaje de conexión y resistencia.
Permitir al jugador cambiar la apariencia de Sam —a su ritmo, y en un contexto libre de presión narrativa— es una extensión lógica de esa filosofía. Sería una forma divertida de jugar con el paso del tiempo, el aislamiento del viaje y el deterioro físico en un entorno hostil.
En Mexgamer.com creemos que si Kojima decide rescatar esta idea para una futura Director’s Cut, no solo será un regalo para los fans, sino una prueba más de que los detalles, por pequeños que parezcan, pueden transformar una experiencia narrativa en algo profundamente personal y memorable.